lunes, mayo 16, 2005

La estación de las decisiones

Quisiera poder vivir alejado de las decisiones, en un lugar recóndito y pequeño, sin dinero, sin necesidades ni necedades, desnudo de civilización y humanidad. Se, sin embargo, que no me soy sincero diciendo esto, se también que no me hago justicia. Somos quienes somos por nuestras elecciones, hasta la mas pequeña nos moldea en algún grado. Pero hoy el miedo me atormenta... ¿qué tren quiero coger?

Es cierto, me encuentro perdido en algún lugar entre el éxito y el fracaso, y ese es el lugar mas ingrato de cuantos existen: ni todo has perdido ni nada has ganado. No te impulsa a nada, en todo caso, los horizontes solo te impulsan al miedo, te encierra.

El caso es que se me aproxima ese momento en el que debes de dejar de hacer bocetos de ti mismo, la vida te va pidiendo una obra mayor, duradera y representativa. No sé si la gente nota el paso de la infancia a la madurez, yo no lo he notado. Y aquí estoy, dispuesto a dar un paso sin sentirme preparado, sin ver el suelo que piso, sin estar seguro de haber dejado de ser un niño de doce pero con el cuerpo de uno de veinticinco. Vale, estoy de acuerdo, ya no es el mismo el precio de mis juguetes...

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