La herocidad de las pequeñas revoluciones

Llevo varios dias sentado al borde del precipicio, deshojando una margarita mental de petalos infinitos, intentando decidir si es el día, si seré capaz por fin de apretar mi botón de reinicio o incluso de iniciar un costoso pero beneficioso formateo para poder decir que empiezo de nuevo y sobretodo que empiezo con ganas...

Siempre he sido una de esas personas con "fuerza de voluntad", al menos eso me dicen: he probado todo los vicios y no me he quedado con ninguno, he sido capaz de tirarme un mes estudiando 14 horas al día de media o estar un año levantandome a las 7 para hacer bicicleta estática porque no tenía otro momento para hacer deporte... Y lo hacía sin verdadera sensación de sacrificio.

Hoy, que me he quedado colgado y llevo así casi un més, me parece tan dificil volver a empezar...

Por eso me he dado cuenta de lo dificiles que son las pequeñas revoluciones, las personales, las que no vienen alentadas por grandes masas, de ahí que conseguidas resulten mas heroicas que las de más renombre.

¿Los superheroes lo tienen mas fácil? Claro, son superheroes...