martes, febrero 15, 2005

Mi dolor de olvido

El olvido suele ser paz, descanso, redención. Las mas veces es el alivio al catigo de la memoria, ese cruel apuntador que nos asocia canciones, lugares o momentos con recuerdos inalcanzables y pasados que dejaron su sedimento.
Olvido es lo que pido las más de las noches antes de se me aparezcan pensamientos ingratos, pero estos no fallan a su cita y me vampirizan entre la vigilia y el sueño.
Hoy, sin embargo, mirando un rostro cualquiera me di cuenta que el suyo era ya parte del olvido. Y pese a todo lo malo y todo lo bueno, pese a ese amor emponzoñado que me alimento y mató, hoy olvido es tambien dolor.

domingo, febrero 13, 2005

El equilibrista

El equilibrista nació solo. De la nada fue heraldo, surgió nada más, con indolencia y sin vestigios. Miró su mundo y este era tan delgado como un hilo, infinito si, pero sin expandir. Permanecía invariable mientras su alma estaba vacia. Se posaba diestro sobre su cuerda, sin percibir peligro. Su mente era pura, su corazón tranquilo. Recorria su delgado dominio sin intriga, sin pretender conocer el principio, sin necesidad de alcanzar el fin. Teniendo poco, poco le bastaba. Un cielo azul eran su suelo y su techo, no había un limite visible.

Antes de aquello el fuiste tu, o fui yo tal vez, no lo recuerdo.

sábado, febrero 12, 2005

La memoria despertada

A veces me da miedo olvidarme de que existo. Me da miedo perderme en el camino y desaparecer. Dejar de ser y no poder encontrarme. Me da miedo no haber dejado constancia de mi inconstancia. Me da miedo no recordar.

En esos momentos, comunes a todos, en los que uno se pone mistico e intimo, la memoria es uno de mis temas reincidentes. A donde va, que queda. La vida corre tanto que apenas podemos abarcarla. Por eso quiero dejar constancia. Sed bien recibidos.